Enlatado
El envasado y empaque de los alimentos desempeña otras funciones, aparte de conservarlos. Por ejemplo facilitar su transporte, mejorar su apariencia. Por otro lado "conservar" el alimento implica
muchas cosas: evitar pérdidas de gases y olores; asimilación de gases y olores, protección contra la luz, impedir el paso a toxinas, microorganismos y suciedad.
El enlatado, por su carácter hermético e inerte, constituye un gran logro de la ingeniería. Las latas deben tener; además del engargolado lateral de fondo y tapa, recubrimientos internos que mantengan la calidad de los alimentos y recubrimientos externos que hagan atractivo el producto. Hoy día se hacen envases de aluminio sin engargolado lateral o en el fondo.
No conviene comprar latas golpeadas pues se pueden haber formado pequeñas fracturas en la película
interior exponiendo el acero al alimento y cambiando los sabores.La resistencia de la lata depende del tipo de acero, grosor de la hoja, tamaño y forma de la lata.
Laminados

Los empaques flexibles, con muy raras excepciones, no son realmente herméticos; sin embargo proporcionan una barrera excelente contra los microorganismos y la suciedad, lo que para
muchos alimentos es suficiente pues no todos requieren un envase hermético.
Envases de vidrio
El vidrio es en la práctica químicamente inerte pero, con todo, no
evita los problemas usuales de corrosión y reactividad pues éstos se
presentan en las tapas metálicas. Las ventajas del vidrio se ven
contrarrestadas por su peso y fragilidad pues se puede romper por
presión interna, impacto, choque térmico, etcétera.
Envolturas de plástico

Los materiales más empleados en el empaque de alimentos son: celofán, acetato de celulosa, hidrocloruro de caucho, poliamida , resina poliéster , cloruro de polivinilideno , cloruro de vinilo, etc.,Un ejemplo es el polietileno en película con orientación biaxial que favorece el encogimiento uniforme a unos 83°C. Este plástico es particularmente útil en el empaque de pollos y carnes congelados.
Películas comestibles
A veces conviene proteger un alimento con un recubrimiento
comestible. Tal es el caso de las salchichas, el chorizo, etcétera.Hay sustancias alimenticias, como la amilosa, la zeína y la caseína, que en solución se pueden moldear en forma de películas comestibles. Con ellas es posible hacer paquetitos con productos para horneado. Al agregar agua, la película se disuelve liberando los
ingredientes.